Los beneficios de la inteligencia emocional en los niños y adolescentes son múltiples, entre ellos podemos destacar: la mejora de la conducta, la creación de una autoestima sana, hace a los niños y adolescentes más responsables, seguros y autónomos, ayuda en el bienestar personal y ayuda a desarrollar las habilidades sociales básicas para cualquier tipo de relación.